SukaSuka – Volumen 2 – Capitulo 2 – Parte 3

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Parte 3: La antigua capital y las antiguas personas

Tiat dijo haber tenido un sueño. Un sueño en el cual estaba en algún lugar desconocido, viendo cosas que nunca antes había visto, hablando con alguien que no conocía.

Tomando en cuenta lo que dijo, nada parecía demasiado inusual. Los sueños son solo eso: sueños. A veces incluyen eventos reales, lugares y personas de tus recuerdos, y otras veces te muestran visiones aparentemente aleatorias que son completamente desconocidas para ti.

Pero, de acuerdo a las hadas, esto era diferente. Aparentemente, a veces, en el momento en que despiertan, ellas simplemente saben que ese sueño que tuvieron era especial. Sin ninguna lógica o razonamiento en particular, ellas quedan fuertemente convencidas de que no era un sueño normal, donde podías sentirte cómodo, asustado, feliz o triste, pero no quedaban rastros al despertar.

Y así, el sueño de Tiat resultó ser un presagio.


Un poco lejos, dijo ella. Pensándolo bien, la jugada correcta hubiera sido confirmar que tan lejos era exactamente ese ‘un poco lejos’. Habían pasado casi todo el día transfiriéndose entre diferentes aeronaves y siendo sacudidos por el viento. Completamente exhausto por viajar en vehículos tambaleantes por tanto tiempo, Willem finalmente llegó a su destino: la ciudad de Corna di Luce, en la 11º Isla Flotante.

El olor a piedra. Eso fue lo primero que notó después de bajar de la rampa de la aeronave. Para ser más exactos, era la esencia que las piedras y ladrillos habían adquirido a lo largo de su historia, la esencia del pavimento que había sido pisoteado incesantemente, la esencia de los animales viviendo ahí, y la esencia del viento que silbaba por la ciudad.

Justo al lado del distrito del puerto había una gran área abierta para el comercio, y parecía ser el primer día de algún tipo de mercado. Él podía ver una serie de tiendas de lona alineadas ordenadamente. Y más allá, estaba la ciudad con sus vibrantes colores de marrón rojizo y gris blancuzco.

Una diversa mezcla de razas deambulaba por las calles, sin ninguna mayoría obvia. Si tuviera que nombrar una, los Lucantrobos parecían ser más numerosos que los demás, pero eso era solo una corazonada no respaldada por ningún tipo de conteo. Aquí y allá, miembros de razas sin marcas, como Willem y las chicas, podían ser vistos mezclados en la multitud. Por lo que parecía, no había necesidad de cubrirse con una capucha o un sombrero.

“… ah.” Un suspiro de admiración inconscientemente escapó de sus labios. “Estoy sorprendido. Es mucho más normal de lo que imaginé.” Él había escuchado de este lugar. La primera ciudad fundada en Regul Aire, cargando más de cuatrocientos años de historia. Una rara ciudad que, a través de su larga historia, nunca fue quemada por las llamas de la guerra o destruida por los invasores de la superficie.

Bueno, Regul Aire está en el cielo. No hay Elfos atacando desde los bosques ni Orcos presionando en las fronteras. No hay Dragones que quemen hogares por diversión o Visitantes que declaren una purga a toda la raza humana. Considerando esto, la parte ‘nunca fue quemada por las llamas de la guerra’ como que pierde su factor de rareza.

Además, estar en el cielo significa recursos mucho más limitados. En particular, extraer piedras de una isla flotante es equivalente a reducir el espacio habitable. A causa de esto, la piedra es un material de construcción bastante caro. Y por supuesto, construir una ciudad entera de piedra sería extremadamente difícil. Así que Willem pensó que incluso la más grande y antigua ciudad en Regul Aire seguiría siendo nada comparada a las ciudades que una vez prosperaron en la superficie, pero aparentemente la había subestimado groseramente.

Golems, que tenían una apariencia como de barriles con brazos y piernas, corrían por los alrededores incansablemente, cargando cajas de madera de un lado a otro. Willem se apartó del camino para evitar chocar con uno de ellos, y eso dijo ‘gracias’ con su voz mecánica entes de volver a correr. Incluso programaron modales en los cerebros artificiales de los golems… esta ciudad realmente es algo especial.

Con las primeras impresiones del bullicioso centro de turismo y comercio corriendo por su mente, Willem había comenzado a caminar cuando notó que su acompañante no estaba a su lado. Dándose la vuelta, vio a Tiat congelada sobre la rampa de la aeronave, emitiendo una inusual cantidad de brillo. Su boca estaba bien abierta y su rostro mostraba una mezcla de deleite, sorpresa y reverencia ante la vista frente a sus ojos.

“Hey, apresúrate y ven aquí,” él la llamó, pero ella no mostró signos de escuchar sus palabras. Su mente estaba ausente flotando por ahí. “Vamos.” Él caminó de vuelta hasta la rampa y le golpeo la frente con sus dedos.

“¡¿Ow?!”

“Vamos. Estoy cansado de estar sentado en esa nave por tanto tiempo.”

“¡P-Pero es la 11º Isla Flotante, ¿sabes?! ¡Corna di Luce, ¿sabes?! ¡¡La verdadera!!”

“Bueno, sí.”

“¡El lugar donde la historia se reúne! ¡El cofre del tesoro del cielo! ¡El caldero de romance y leyendas!” Ella empezó a decir cosas sin sentido de forma bastante apasionada. ¿Caldero…? “¡Muchas obras maestras han sido establecidas en este escenario!”

“Te pones así en prácticamente cualquier parte además de la 68º Isla… cada vez que fuimos transferidos a otra aeronave tenías ese brillo en tus ojos.”

“Pero, esta es mi primera vez saliendo de la isla… ¡espera, no! ¡Esta isla y esta ciudad son especiales! ¡Un nivel completamente diferente!” se quejó desesperadamente, entonces corrió al lado de Willem.

Él podía sentir que la atención se centraba en ellos: las miradas de recelo dirigidas a los ‘sin marcas’. O espera, esto era diferente: estas eran el tipo de miradas de admiración que uno daría a una encantadora familia que va pasando. La gente probablemente pensó que eran hermanos, saliendo de su hogar rural a la gran ciudad por primera vez.

Bueno, eso no estaba muy alejado de la verdad. Siempre viviendo en su propio pequeño mundo, el conocimiento de las chicas sobre el extenso Regul Aire estaba limitado a lo que podían ver en libros o cristales de grabación. Era natural que ella estuviera emocionada por viajar a una nueva isla. Y sobre todo, parecía como que esta ciudad en particular resultaba ser el escenario de una de sus historias favoritas. Él podía entender su emoción.

“Como sea, vamos. No vinimos aquí para hacer turismo.” Él lo entendía, pero su entusiasmo nunca terminaría por su cuenta.

“¡Aw, vamos! Déjame disfrutar esto al menos un poco.”

Mientras tiraba de su pequeña mano y comenzaba a caminar, podía escuchar risitas desde atrás. Ahora, él estaba acostumbrado a sobresalir de mala manera, pero aun así toda esa atención lo hizo sentir incómodo.

“¡Ah, hey, hey! ¡¿Puedo ir a ver eso de cerca?!”

“… qué.”

“¡La estatua del Gran Sabio en la Plaza Falsta!”

“No tengo idea de qué hablas…”

Siguiendo la línea de visión de la niña, él vio una gran plaza abierta con una fuente y, de pie majestuosamente en el centro, había una estatua de un anciano. Willem entrecerró los ojos y observó la estatua detalladamente. El anciano usaba una capucha y tenía un rostro audaz. Puede que hubieran muchos más toques artísticos, pero Willem nunca podría entender esos aspectos. Considerando que él nunca pudo apreciar las sutilezas del arte Emnetwyte, no había forma de que pudiera juzgar el arte de otras especies. Ahora, si fuera la estatua de una mujer, al menos podría ofrecer comentarios desde la perspectiva de un chico, pero no sentía deseos de hacerlo con la estatua de un abuelo.

“Entonces, ¿qué es eso?”

“Es una estatua de bronce de la persona que construyó esta ciudad hace mucho tiempo. ¡Es un lugar popular para las reuniones de amantes secretos! ¡Lo sé porque muchas historias tienen lugar aquí!”

“¿Hmm?”

“¡Tú sabes, como la escena final de ‘Las Estrellas y el Viento de Corna di Luce’ donde ‘Nariz Oxidada’ comió una patata frita!” Bueno, aparentemente Tiat tampoco tenía interés en las cualidades artísticas de la estatua. “Y hay una leyenda de que si dos amantes se juran amor eterno aquí, les traerá felicidad por cinco años…”

“Esa es una leyenda bastante tonta…” Juras amor eterno, ¿pero solo consigues cinco años de felicidad? ¿Qué pasa en el sexto año? Espera, no es momento para estar pensando esto. “Nada de turismo. Recuerda, estás aquí porque tienes un deber que cumplir.”

“Ah…”

Después de escuchar el regaño de Willem, Tiat finalmente se rindió. Ella bajó su brazo izquierdo que había estado agitando alrededor por la emoción y dejó caer sus hombros.

“Quieres convertirte en una excelente hada soldado como Chtholly, ¿verdad?”

“Ah, sí. Sip. No lo he olvidado.” Mirando a sus pies, ella liberó su mano derecha del agarre de Willem y comenzó a caminar. “Vamos.”

Willem no se movió. Después de caminar alrededor de diez pasos adelante, Tiat se dio cuenta y se volteó. “¿Qué pasa?”

“Ah… la aeronave a casa sale mañana por la noche.”

“¿Si? ¿Qué hay con eso?”

“Cuando terminemos nuestros asuntos… deberíamos tener tiempo para tomar una larga caminata.”

“…”

Ella no pareció entender el significado de esas palabras inmediatamente. Pero gradualmente, el rostro obviamente decepcionado de Tiat lentamente cambió a una sonrisa. Ella corrió de vuelta los diez pasos que había dado y tomó la mano de Willem.

“¡Vamos! ¡No hay tiempo para descansar!”

De acuerdo, de acuerdo, señorita princesa, entiendo. Tratando de aguantar la risa, él caminó adelante, su mano siendo jalada por Tiat.


Repentinamente, un ligero sentimiento de incomodidad rozó la nuca de Willem. Era el mismo sentimiento al que se había acostumbrado durante sus días como Quasi Brave en la superficie: el sentimiento de malicia. Y podía sentir no solo una persona, sino a unas cuantas personas con mala voluntad hacia otro pequeño grupo. Esa tensión, siempre presente justo antes de que un conflicto iniciara, flotaba por el lugar. Aun así, no parecía ser un evento a una escala particularmente grande, y la malicia no estaba dirigida a Willem y Tiat.

“¿Qué pasa?”

“¿Hm? Ah, nada.”

Aunque pensó que este parecía ser un pacífico lugar turístico a primera vista, o tal vez a causa de ese hecho, semillas de problemas parecían estar ocultas en las sombras. Bueno… supongo que no tiene nada que ver con nosotros. No había necesidad de molestarse en alejar las chispas que de todas formas no iban a caer en su camino. Willem decidió dejar las cosas así y continuar atravesando la ciudad, su mano aun siendo jalada.


Sin los Carillones, no había forma de resistir a las ‘Bestias’ que destruyeron al mundo. Pero solo algunos humanos ‘elegidos’ podían blandir los Carillones. E incluso antes del problema de ser elegido o no, todos los Emnetwyte se extinguieron hace mucho tiempo. Por lo tanto, no había forma de oponerse a las ‘Bestias’; el mundo estaba llegando a su fin.

– Sin embargo, la gente de Regul Aire no eran lo suficientemente obedientes para aceptar tal razonamiento. Si ya no quedaban Emnetwyte, entonces todo lo que necesitaban era un sustituto, y resulta que existía un sustituto adecuado: fenómenos naturales que en tiempos antiguos estuvieron cerca de los humanos, usaron sus herramientas, y ayudaron con su trabajo. Seres que surgieron como resultado de las almas de los infantes fallecidos sin ser capaces de entender su propia muerte y que vagaban perdidos por el mundo.

Se decía que esas criaturas que solían existir en ese mundo eran enanos no más altos que las rodillas de un adulto humano. Pero en el mundo actual, ellas tomaron una forma más cercana a la de los antiguos Emnetwyte: jóvenes chicas. La razón para este cambio de apariencia no estaba clara, pero era conveniente forzar armas sobre ellas. Y, sin importar como cambió su figura, la sustancia interna de su ser no había cambiado. Ellas surgieron para permanecer al lado de las personas. Para ayudar a las personas. Para seguir a las personas. Para imitar las acciones de las personas. Y por esas mismas razones, desaparecen.

“… pero aun así, no todas las hadas pueden blandir un Arma Excavada. Parece que todas tienen la habilidad innata para hacerlo, pero si esa habilidad florece en su juventud es otra cuestión.”

“Ah…”

Su cuello le dolía un poco. El hombre sentado en frente de sus ojos era, en pocas palabras, era un gigante. Un fuerte y musculoso gigante de cerca del doble de altura que Willem. Y además, este gigante tenía una cabeza clava y colmillos asomándose, usaba una bata blanca y lentes negros (probablemente hechos a medida), bajo los cuales su único ojo parecía brillar con inteligencia pura, y su título era ‘Doctor’.

“Esta es una instalación de tratamiento general administrada por la Compañía Orlandri. Tenemos el mejor equipamiento y medicina de todo Regul Aire. Cualquier hada que tenga un ‘presagio’ viene aquí, y nosotros tratamos su cuerpo para que ella pueda pelear como una hada soldado completamente desarrollada. Ya que las Armas Excavadas son tan raras, y sus enemigos tan fuertes, no saldría nada bueno de simplemente dejar que hadas cuyo cuerpo no haya sido tratado apropiadamente sostengan una espada.”

Él habló educadamente con una voz gentil, y las cosas que le decía a Willem eran todas perfectamente lógicas. Pero el monstruoso cuerpo por si solo era suficiente para eclipsar todo eso. Él no podía sacudirse la sensación de incomodidad.

“Entonces Tiat… ¿dónde está ahora?”

El cuarto debe haber sido construido para adaptarse al tamaño de este tipo, porque el cielo raso era ridículamente alto. Willem pensó que así debe sentirse para un perro o un gato mirar al mundo de los humanos.

“Ahora mismo ella está siendo examinada por una doctora en el cuarto de al lado.”

“¿Y por qué estás aquí si se supone que estés a cargo de ella?”

“Si puedo confiar un trabajo a otra gente, entonces lo haré. Cuando llega al punto donde no puedo, entonces intervendré. Por ahora, quería hablar un poco contigo, Willem Kmetsch.” Ante esto, Willem miró al doctor con sospecha: él aún no le había dado su nombre a este hombre. “Ah, no necesitas ser cuidadoso,” continuó el gigante, agitando sus manos. “No te investigue a través de medios sombríos o algo así, simplemente leí sobre ti en una carta que me envió Ny.”

¿Ny…? Ah, debe ser Nygglatho.

“Eso parece bastante sombrío para mi…”

“Bueno, eso es cierto si lo piensas, supongo.” Él está de acuerdo, huh… Willem lo dijo primero, pero ahora sentía un poco de lastima por Nygglatho. “Como sea, tú–“

Cortando las palabras del gigante, una pequeña explosión sonó en la distancia. Y entonces, casi al mismo tiempo, el sonido se repitió tres veces más.

“¿Disparos?”

“Así parece. Probablemente son los Caballeros de la Aniquilación.”

“… ¿perdón? Tal vez es porque todavía no estoy acostumbrado al lenguaje común o algo, pero no tengo idea de qué acabas de decir. Caballeros… ¿qué?”

“Caballeros de la Aniquilación.”

“Qué clase de orden de caballeros es esa… el nombre suena como si hubiera sido inventado por un grupo de adolescentes que lamentarán su decisión en cinco años o algo así…”

“Es un grupo de jóvenes que van por ahí esparciendo violencia en resistencia a las políticas del alcalde actual. Lo de ‘Caballeros’ es solo un título autoproclamado, pero están respaldados por la antigua aristocracia, así que son más legítimos de lo que su nombre sugiere.”

“Ah…” El aire malicioso que sintió en las calles debe haber sido eso. “Como sea, las armas no son una vista agradable. Una disputa entre los radicales y los tradicionalistas… ¿algo como eso?”

“Esa es la idea. Hace mucho tiempo, esta era una ciudad exclusiva de personas bestia, y ellos tienden a tener un sentido más fuerte de territorio… piensan que esta ciudad y su historia siempre ha sido y será suya, rechazando mezclarse con otras razas.”

“Ya veo.”

Historia. Historia, ¿huh? Willem intentó recordar a la gente viviendo en la capital en el viejo mundo. La ciudad solo tenía poco menos de doscientos años de historia, pero aun así un gran número de sus residentes tenían un fuerte sentido de orgullo o apego por ella.

El orgullo es esencialmente lo mismo que la arrogancia. Relacionándote a ti mismo con algo de valor, garantizas tu propio valor y te hace sentir mejor. Ya sabes lo que dicen: cualquier medicina puede convertirse en veneno dependiendo de cómo la uses. Lo mismo pasa con el orgullo: puede convertirse en algo hermoso u horrendo. Para bien o para mal, nacías en una familia noble, y tenías que taladrar esta lección en tu cabeza.

Willem trató de ignorar las palabras de su maestro quien aparentemente había decidido hacer una parada para dar un paseo por su cabeza. Todos sus dichos eran iguales: ellos continuaban aferrándose a algún rincón de su cerebro, rehusándose a irse. Esas palabras justo ahora no fueron originalmente dirigidas a él; él simplemente las escuchó desde el lado mientras el maestro hablaba con su joven discípula.

“No creo que haya nada por lo que sentirse orgulloso en un pueblo donde puedes escuchar disparos a mitad del día.”

“Bueno, no es raro que haya desacuerdos dentro de una gran organización como esa. Además, los tipos de arriba no parecen tener un problema con eso, siempre y cuando mantenga a los forasteros alejados.”

“Ya veo.” Comenzando a comprender la situación después de pensarlo un poco, Willem asintió.

“Supongo que cuatrocientos años de historia no deben parecer mucho para ti, quien ha vivido más de quinientos años.” Tras un breve silencio, el gigante dirigió la conversación en una dirección inesperada.

“… no soy lo suficientemente arrogante para llamar a mis quinientos años de hacer nada ‘historia’.”

“Tan modesto.”

“Quedarse salvajemente dormido no es algo de lo que presumir. Además…” Él dudó.

“Además… ¿qué?” El Kikuroppe de un ojo le hizo señas para que continúe con una aterradora sonrisa que definitivamente haría llorar a un niño, o incluso dejaría algún trauma permanente. Ahora, Willem no era un niño así que no se asustó ni nada, pero…

“… nada.” Él agitó sus manos y trató de dejar el tema.

“¿Hmm?” El gigante entrecerró su único ojo, como si tratara de mirar directamente dentro del corazón de Willem. “Bueno, para ti, Regul Aire debe ser como un mundo de ensueño, donde todo simplemente parece carecer de realidad. Supongo que cuatrocientos años en ese tipo de mundo no tienen mucho impacto.”

“Eso no era lo que quería decir…”

“Oh, bueno, mis disculpas.” El gigante se encogió de hombros.

Justo en ese momento, un golpe sonó en la puerta y un Reptrace vestido en una túnica blanca entró al cuarto. El Reptrace, que era algo pequeño para el tamaño promedio de su raza, hizo una rápida reverencia hacia Willem, entregó algunos documentos al gigante y dejó el cuarto.

“… los resultados del examen de Tiat han llegado.”

“¿Puedo escucharlos?”

“Por supuesto. Estaba a punto de decirte. Veamos…”

Él ajustó sus lentes y comenzó a leer en voz alta, añadiendo sus propios comentarios. El desarrollo de su cuerpo iba de acuerdo a lo esperado para su edad, sin defectos con respecto a la salud. Sin embargo, habían dos problemas menores: un poco de daño a sus órganos digestivos por el exceso de ingesta de leche, y algunos dientes que estaban comenzando a desarrollar caries.

“Haré que sea más cuidadosa en el futuro,” respondió Willem, presionando las puntas de sus dedos contra su frente. Las palabras del doctor le trajeron vergonzosos recuerdos. Tiat solía engullir cantidades preocupantes de leche, diciendo ‘¡voy a crecer!’, entonces acababa casi ahogándose hasta la muerte. Su apego por las cosas dulces también podía ser considerado más que anormal.

“Como sea, la mayor preocupación, que era la invasión de su vida anterior, parece haberse detenido a un nivel leve. Ella seguramente se convertirá en una buena hada soldado.”

“… ¿invasión?”

“Si, es correcto. Todas ellas son seres reencarnados, o más bien las almas de los muertos. Antes de que tomaran su actual figura, ellas eran alguien más. A veces, recuerdos de sus vidas pasadas vuelven y causan influencias negativas en sus personalidades o cuerpos.”

La explicación del doctor llegó más rápido de lo que Willem pudo procesar. “Eso suena más como a hechicería que a medicina. ¿Los doctores de estos días estudian necromancia o algo?”

“Cualquier información que ayude a nuestros pacientes cuenta como medicina, ¿verdad?” Respondió el gigante con una sonrisa. Parecía que ese fue un intento de broma. “Bueno, como sea, no necesitas preocuparte por eso con Tiat. Ahora mismo ella está en perfectas condiciones, capaz de existir apropiadamente como ella misma.”

“Entonces eso es bueno, supongo…”

Algo se sentía mal, como la sensación de incomodidad de un pequeño hueso atorado en la garganta. Pero Willem no podía adivinar exactamente qué era.


Para tener su cuerpo apropiadamente condicionado para ser un hada soldado, Tiat tenía que quedarse en la instalación de tratamiento por todo un día. Inquietud por la mención de todo tipo de medicina e hipnotismo debe haberse mostrado en su rostro.

“No necesitas preocuparte. No se le hará ningún daño a su cuerpo. Cada hada soldado pasa por este proceso para adquirir compatibilidad con las Armas Excavadas,” el doctor le aseguró a Willem. Después de que se le dijera eso, él imaginó que cualquier otra queja no serviría de nada.

“¡Creceré espectacularmente! ¡Solo espera y verás!”

Él suavemente palmeó la cabeza de la animada Tiat y susurró en su oído, “escuché que en realidad no vas a hacerte más alta durante el proceso.”

“¡E-Eso no fue lo que quise decir! ¡Realmente no esperaba eso! ¡En serio!”

Y finalmente, él fue capaz de separarse de la niña que protestaba con la cara de un rojo brillante.

¡Creceré espectacularmente! ¡Solo espera y verás!

¿Pero qué, exactamente, sería capaz de ver después de su ‘crecimiento’?

Eso, sin embargo, era obvio. La vería partir hacia el campo de batalla. Entrar en combate como un arma, ser usada, y eventualmente quedarse sin poder. Finalizando el ciclo de ‘vida’ para el que las chicas nacían y eran criadas.

El mundo estaba lentamente llegando a su fin. Su propia historia, por supuesto, había terminado hace mucho tiempo. Y ahora, él jugaba un rol en el fin de las historias de las chicas.

“Este no es un sentimiento muy agradable.”

Sacudiendo ligeramente su cabeza, Willem decidió buscar un lugar para pasar la noche.


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