Parte 4: Una conclusión
La mañana lo saludó, solo, después de una noche sin dormir. Su cuerpo estaba en óptimas condiciones, pero lo mismo no podía decirse de su humor.
“… parece que no puedo calmarme.” Recostado sobre la cama, Willem dejó salir un largo suspiro. Probablemente era por culpa de esa cama que no pudiera alejar su mente de asuntos desagradables. El colchón era inusualmente alto y esponjoso, lo que causaba que su espalda se hundiera profundamente, aumentando su incomodidad. El alto cielo raso con un grabado intimidante de un Dragón no ayudaba tampoco.
Un cuarto de descanso para comandantes, sede de la Guardia Alada, Corna di Luce. Bueno, ‘cuarto de descanso’ no era un nombre muy adecuado puesto que tenía el tamaño y las prestaciones para ser un cuarto de huéspedes en pleno derecho. Aunque Willem no había, claro está, recibido ningún entrenamiento formal como oficial o realizado grandes hazañas en el campo de batalla, él había obtenido el notable título de Técnico Segundo de Armas Encantadas a través de un proceso especial. Después de mostrar su identificación, junto con una carta de presentación de Nygglatho, fue asignado a este cuarto hasta que terminara su ‘misión’.
Técnico Segundo de Armas… es bastante importante, supongo. Él recién comenzaba a darse cuenta de este hecho obvio. Normalmente, ser alguien ‘importante’ requería una razón adecuada: talento, dinero o conexiones. Sin ninguna de esas, las posibilidades de ser promovido a tal rango eran escasas, si es que no eran inexistentes. Y este cuarto en el que ahora dormía estaba hecho para esos pocos que cumplían esas condiciones.
En primer lugar, aún era un misterio para él como es que Grick le había conseguido la posición de Técnico Segundo de Armas. Considerando que no se habían topado con problemas en todo este tiempo, parecía poco probable que lo hubiese logrado mediante la falsificación o alteración de documentos. De cualquier forma, no había duda que la actual posición y autoridad de Willem no coincidía con su valor real, lo que lo hacía sentir que estaba engañando a todos esos soldados de verdad que se tomaban en serio su trabajo, cosa que solo reducía aún más su habilidad para calmarse.
“Supongo que saldré a caminar o algo…”
Tiat no estaría lista hasta la tarde, así que él tenía mucho tiempo libre. Ahora que lo pensaba, la razón para venir a esta lejana isla en primer lugar era porque tenía demasiado tiempo libre, lo que había causado que su mente se aferrara a pensamientos indeseables. Así que eso le dio aún más razones para dejar de holgazanear en su cuarto. Después de todo, él estaba en el aclamado ‘caldero de romance y leyendas’, así que al menos debería dar un vistazo a la ciudad.
“Probablemente terminaré siendo arrastrado por Tiat antes de volver a casa de todas formas…” Después de todo, ella parecía esperar con ansias su caminata turística, así que sería una pena si acabaran perdiéndose. Además de eso, arrastrar una decepcionada Tiat de vuelta a la 68º Isla probablemente sería un fastidio. Considerando todo esto, no le haría daño echar un vistazo a todas las grandes atracciones de antemano. Soltando una suave risa al pensar en esos ojos brillantes, Willem comenzó a sentirse un poco mejor.
Él lo notó tan pronto como salió al corredor cerca de la entrada: el paisaje urbano más allá de la ventana había comenzado a ponerse gris. En otras palabras, estaba lloviendo.
“Por qué tiene que empezar a llover ahora…”
En una esquina del corredor, había una gran cubeta bajo una gotera, recogiendo las gotas de lluvia que tan amablemente decidieron caer. Aunque el edificio parecía engañosamente sólido desde afuera, por supuesto tenía muchos años de historia detrás y estaba comenzando a derrumbarse un poco aquí y allá. Un par de Borgles usando uniformes del ejército se habían reunido y discutían el paradero de los martillos.
“Bueno, estoy seguro de que la lluvia le da su propio encanto a la antigua capital… probablemente.” En cuanto a conseguir un paraguas, debe haber uno por alguna parte en la sede de la Guardia Alada, y si no, podría simplemente ir a una tienda cercana.
“¡¿Ah?!”
Perdido en sus pensamientos mientras miraba al cielo, Willem reaccionó demasiado tarde. Casi chocó de cabeza con una chica que acababa de irrumpir en el vestíbulo. Y antes de que su cerebro pudiera procesar la situación, las reacciones grabadas en su sistema a lo largo de los años entraron en acción. Interpretando los movimientos de la chica como el avance de un enemigo, su cuerpo se había deslizado a un punto ciego de ella con un movimiento mínimo. Él fijó la mira en el cuello de la chica, quien parecía estar a punto de colapsar, levantó su mano, y la dejó caer–
Justo antes de hacer contacto, su mente finalmente recuperó el control y suprimió las violentas tendencias de sus reflejos. “Ups.” Enfundando su mano espada, el enroscó su brazo alrededor de la cintura de la chica, sosteniéndola pero también causando que emitiera un pequeño grito.
“Umm…”
“¡Eso es peligroso! No te digo siempre que debes mirar adelante cuando corres… o no.” Por costumbre, su boca entró en modo regaño. Dándose cuenta de que la persona en frente de él no era una pequeña hada, Willem detuvo sus palabras y dejó salir una risa. La ayudó a ponerse de pie y retrocedió unos pasos.
La joven dama era de la raza Lucantrobos. Ella tenía una nariz alta en su rostro como de lobo y tenía un fino y suave pelaje blanco sobre su piel, excepto por sus orejas, que estaban cubiertas por un pelaje de color marrón. A juzgar por su vestido de seda exquisitamente hecho a medida, ella debe ser de una familia adinerada. ¿Por qué demonios estaba una pequeña princesa como esta corriendo por una instalación militar en medio de la lluvia? Ella no parecía un soldado, pero obviamente debe tener algún tipo de conexión ya que los guardias de la puerta la dejaron pasar.
“¿Gracias…?”
Con una cara que decía que aún no sabía qué demonios acababa de pasar, la chica educadamente bajó su cabeza. El elegante gesto la hizo parecer aún más fuera de lugar.
“Correr sin mirar adelante es peligroso, ¿sabe? Especialmente en una instalación militar, nunca sabes donde podría haber cosas peligrosas.”
“Ah, lo siento mucho.”
Asintiendo a la chica que una vez más bajaba su cabeza, Willem dijo un rápido “bien, entonces me voy” y rápidamente comenzó a alejarse. Él no quería ningún tipo de problema, especialmente algo que involucrara mujeres o niños. Ni siquiera puedes escapar. Darte por vencido después de que una mujer o un niño te pidiera ayuda simplemente… es imposible. Ese pensamiento era probablemente – no, definitivamente – era culpa del maestro. Las inútiles enseñanzas de ese maldito anciano se habían vuelto parte de su carne y hueso.
Así que si olfateaba el comienzo de los problemas, escapar antes de que alguien le pidiera ayuda parecía ser la mejor opción. La gente siempre le decía que esa era una forma retorcida de pensar o que le faltaba amabilidad, pero él estaba consiente de esas cosas desde hace mucho tiempo. Cualquiera capaz de controlar apropiadamente su corazón debe parecer retorcido para los demás, así que él no estaba equivocado. Escapar era una buena elección.
“¡Um, disculpe!”
Aunque al final, no pudo escapar. Con su espalda aun hacia la chica, giró su cabeza. “¿Qué? Si es porque te toqué no pienso disculparme por eso.”
“No, la responsabilidad del asunto recae en mí, así que no sacaré mi espada con respecto a eso.”
“Ya veo… me alegra que lo entienda… espera, ¿espada?”
Ignorando la pregunta de Willem, la joven dama continuó. “Hay algo que me gustaría pedirle al Primer Oficial Limeskin. ¿Puedo pedir una audiencia?”
“Lime… ¿huh?”
Él había escuchado ese nombre antes: el gigantesco hombre Reptrace con escamas blanco lechoso, el mismo que dirigió a las hadas al campo de batalla, y el superior directo del Técnico Segundo de Armas Encantadas Willem Kmetsch, de acuerdo a los documentos. Pero, ahora…
“Si hablas de ese gigantesco lagarto, él está en medio de una lejana batalla.” Más específicamente, él había llevado a Chtholly y las demás a la 15º Isla, donde aparentemente un Timere había aterrizado y había que lidiar con él. Y todavía no había llegado ningún reporte del resultado de esa batalla. No, espera, lo que dijo no era completamente correcto. En general, las islas flotantes que eran cercanas en número también lo eran en distancia física. Ya que estaban en la 11º Isla, la 15º no podía estar a más de dos horas por aeronave. Así que su ‘lejana’ puede haber sido un poco exagerado – pero no había necesidad de corregir ese pequeño detalle.
“¿Y cuándo regresará?”
“Ni idea. De hecho, me gustaría saberlo…” A él realmente le gustaría. “Por algún tipo de barrera restrictiva bloqueando las comunicaciones, cualquier noticia solo llegará después de que termine la batalla, aparentemente. Eso sí que mantiene alto el suspenso…”
“Ya veo…” Los hombros de la Lucantrobos se hundieron, y sus orejas cayeron. Su expresión no podría ser más fácil de leer.
“Bueno, si tienes algún asunto puedes intentar con uno de esos soldados de por allí,” dijo señalando a un Borgle que justo pasaba por ahí.
Repentinamente, se oyó una conmoción. Todo y todos en el edificio parecieron estallar en movimientos apresurados al mismo tiempo. Soldados llegaron corriendo de alguna parte, tomaron a otros soldados y les hablaron en voz baja, entonces corrieron de nuevo, todo en un parpadeo. Solo con mirar, Willem podía fácilmente inferir que había ocurrido algún cambio en la situación. Y su intuición le dijo que no se trataba de un buen cambio.
“¿Q-Que pasa?” La joven dama bestia se encogió en confusión.
Sin prestarle atención, Willem divisó un Orco tratando de correr y lo tomó de la nuca. “¿Qué sucedió?” preguntó directamente.
“E-Eso es información clasificada. Esta información solo puede ser esparcida por las rutas de contacto preestablecidas.”
“Te elogio por llevar a cabo tu trabajo tan fielmente, pero…” Él le dio una mirada a la insignia del Orco – como pensaba, un soldado normal. Willem apuntó a su propia insignia cosida en su uniforme. “Técnico Segundo de Armas Encantadas Willem Kmetsch. La responsabilidad de supervisar las Armas Excavadas y las Lep – los soldados que las portan recae sobre mí. Naturalmente, también tengo la autoridad de escuchar cualquier información concerniente a batallas en las que están involucradas.” Todo era mentira. Willem no tenía idea de cuanta autoridad venía con su posición. Él tampoco tenía mucho interés en eso, así que nunca se había molestado en investigarlo. Sin embargo, valía la pena intentar presionar con este farol. “Preguntaré una vez más: ¿Qué sucedió?” Willem usó un tono de voz más fuerte y acercó su rostro.
El Orco, aparentemente intimidado por la mirada de Willem, tembló y se dio por vencido. “Hubo un contacto de la 1ª Flota. Sobre los resultados de la batalla en la 15º Isla Flotante.”
La respiración de Willem se detuvo inmediatamente. Contacto de la 1ª Flota. Resultados de la batalla en la 15º Isla. Lo que quería saber desde hace tanto tiempo. Quién estaba ganado, cuando acabaría, si las chicas estaban a salvo – todo lo que había permanecido oculto hasta ahora por esa barrera restrictiva. Él nunca tuvo oportunidad de descubrir ni una pizca de información. Nunca tuvo la oportunidad de probar su determinación. Hasta ahora.
Al final, ¿cómo resultó todo?
“Nosotros, en la batalla con el Timere, –“
No había necesidad de escuchar hasta el final: la expresión del Orco lo decía todo.
Willem rió. Su corazón era un desastre. Él no sabía cómo enfrentar ese resultado, el resultado para el que supuestamente se había preparado, la conclusión que había estado tan determinado a aceptar. Todo lo que pudo hacer fue curvar sus labios en una frágil y desesperanzada sonrisa, y escuchar esas palabras.
“– fuimos derrotados.”
El campo de visión de Willem se volvió negro. Toda fuerza abandonó sus rodillas, y él se derrumbó en el suelo.
“¡¿S-Se encuentra bien?!” La joven Lucantrobos corrió hacia él, pero él ni siquiera pudo reunir la voluntad para levantar su cabeza, mucho menos sostener la mano que le habían tendido.
¿Eres estúpido? En alguna parte de su mente, otro Willem estaba enojado con él. No era algo para sorprenderse. Nada por lo que estar tan impactado. Después de todo, sus oportunidades de ganar eran de solo un poco más de cinco por ciento – él mismo había pronunciado esas palabras. Con una probabilidad como esa, por supuesto, él debería haber entendido que las chicas seguramente perderían.
“Hahaha…” Con su boca aún retorcida en forma de una sonrisa, Willem descubrió que una risa había escapado de su garganta con sorprendente facilidad. Pero nada además de esa risa salió.
“… creo que deberíamos enviar algún tipo de contacto pronto.”
“Es cierto. Apuesto a que el corazón de cierta persona está a punto de explotar por la espera.”
“Pero…”
“Dadas las circunstancias, permitiré el uso de un cristal de comunicación.”
“¿Ves? Incluso el Primer Oficial está de acuerdo.”
“Pero… si usas un cristal de comunicación, pueden ver tu apariencia desde el otro lado, ¿verdad?”
“Bueno si, para eso son. ¿Algún problema?”
“¡P-Pero estoy toda cubierta de mugre, y estas ropas no son lindas, y mi cabello está todo enredado!”
“¿A quién le importa? Estás bien así. Además, ustedes dos ya están un poco alejados de ese punto de su relación, ¿verdad?”
“Pero… tú sabes…”
“¿No se han visto en mucho tiempo?”
“Si, eso. Siento que tengo que prepararme…”
“… ¿Huh…?”
Una voz conocida. Se acercó, junto con algunas pisadas. Él levantó su cabeza y miró en esa dirección.
“Hmm… ver una joven doncella enamorada tan de cerca es… como decirlo… un fastidio.” Una chica con cabello marrón claro sacudió su cabeza de lado a lado, hablando de algo.
“¡No, no es eso! Esto es… solo… los modales mínimos esperados.” Una chica con cabello azul cielo refutó, su irritación mostrándose claramente en su voz.
“Hmm… ¿a dónde fue esa Chtholly que estaba tan decidida ayer? ¿No crees que es un poco tarde para preocuparse por esas cosas? Supongo que es verdad que cuando una chica que normalmente es seria se enamora puede salirse de control, ¿huh?”
“Mm.” Una chica con cabello gris oscuro asintió levemente estando de acuerdo.
“¡¿Ambas se ponen en mi contra?!” La del cabello azul cielo dejó salir un grito de angustia.
Las tres lucían exhaustas: cabello enredado, rostros cubiertos de mugre y polvo, ropas simples de cáñamo. No eran exactamente buenas apariencias. Y una cosa más: hasta donde Willem podía ver, ellas, las tres, estaban vivas. Sin ninguna herida significativa. Moviéndose. Hablando.
“Ah–” Ithea fue la primera en notarlo.
“Hm–” Nephren inclinó su cabeza.
“Eh–” Chtholly se dio vuelta para mirar, entonces se congeló.
“¡¡¡Chicas!!!”
Su negro campo de visión fue teñido de blanco esta vez. Él aún no podía ver nada, pero su cuerpo entendió donde debía ir y qué debía hacer. No había necesidad de doblar las rodillas. No había necesidad de reunir fuerza. Hacer eso sería únicamente desperdiciar tiempo. Correr de esa forma, empujando el cuerpo de uno con la fuerza de sus piernas, como los cuerpos de los animales se suponía que hicieran, siempre llevaba a un comienzo más lento. Willem simplemente contorsionó todo su cuerpo y se abalanzó hacia adelante, como si se deslizara por el suelo.
Hace mucho tiempo, en la era cuando los Emnetwyte lucharon contra aquellos que tenían un poder mucho mayor que ellos, había una gran demanda por la habilidad de correr a velocidades sobrehumanas. Nacida en los confines más lejanos del norte, refinada en los campos de batalla del oeste, entonces finalmente cristalizada, la técnica portaba el nombre oficial de Carrera Demoledora del Ruiseñor. Incluso entre los Aventureros y Quasi Braves, solo un pequeño puñado podía usarla efectivamente. Pero una vez dominada, podía ser usada para engañar incluso los agudos ojos de los Elfos.
En resumen, un hombre que hace un momento estaba arrodillado en el suelo repentinamente corrió a una velocidad indetectable para el ojo sin ninguna preparación o calentamiento. Y entonces…
“¡¿Q-Q-Qué?! ¡¿Ehhh?!”
En el siguiente instante, él estaba abrazando a Chtholly, quien había estado a una distancia considerable, con todas sus fuerzas.
“¡E-Espera! ¡Ow! ¡Duele! ¡No puedo respirar! ¡Esto es embarazoso! Estoy cubierta de mugre y rasguños y no he tenido tiempo de tomar un baño y todos están mirando – ¡¿estás escuchando?!” Probablemente ni la misma Chtholly entendía realmente lo que decía, y, por supuesto, los gritos de protesta dirigidos a Willem entraron por un oído y salieron por el otro.
“… ¿De dónde salió ese tipo?” Ithea miró al gigantesco Reptrace parado junto a ella, el Primer Oficial Limeskin, y preguntó, pero él simplemente se encogió de hombros en vez de responder.
“Te dije que debimos enviar un contacto antes…” Murmuró Nephren.
“Bueno si, ¿pero realmente esperabas encontrarlo tan descompuesto?”
“¿Descompuesto?”
“Tú sabes, él es más del tipo que le gusta parecer calmado o actuar duro o que no es honesto consigo mismo… así que el conflicto entre sus personalidades es lindo y todo eso…” Ithea giró su dedo en el aire. “Así que tú sabes, él palmearía ligeramente su cabeza con un simple ‘buen trabajo’ o algo, y entonces Chtholly estaría como ‘¡¿eso es todo lo que dirás?!’ o algo así. Esperaba ese tipo de reunión.”
“Willem siempre ha sido así.” Mirando a la nerviosa Chtholly desde el lado, Nephren explicó en un tono despreocupado. “Trabaja duro, es directo, no se da cuenta de lo que en realidad sucede a su alrededor. No dejaría de moverse hasta que finalmente se rompa, y si se detuviera no sería capaz de moverse de nuevo hasta que fuera arreglado. No puedes perderlo de vista.”
“Ahh… creo que lo entiendo, pero de nuevo, como que no…” Ithea sacudió su cabeza. “¿Qué piensas de todo esto, Chtholly?”
“¡Dejen de hablar tranquilamente y ayúdenme! ¡¡Eso es lo que pienso de todo esto!!” Su queja casi sonó como un grito.
“Pero, creo que deberías dejar que te abrace hasta estar satisfecho.”
“¡No! ¡Antes de eso, mi espalda se romperá, me asfixiaré, o moriré de vergüenza!”
“Si puedes hablar tanto, no creo que tengas que preocuparte por asfixiarte, ¿hm?”
Nephren dejó salir un pequeño suspiro y tiró ligeramente de las mangas de Willem. Entonces, parándose en puntas de pie, ella acercó su boca a su oído y susurró. “Está bien. Todas estamos aquí. No iremos a ninguna parte.” Pareció funcionar. Lento pero seguro, la razón comenzó a regresar a los ojos de Willem.
“… Ren.”
“Mm.” En respuesta a escuchar su nombre, Nephren asintió ligeramente.
“Ithea.”
“Hola,” respondió ella con un saludo.
“Y también…” Willem miró abajo hacia sus brazos. “Chtholly.”
“¡Lo que sea, solo apresúrate y déjame ir… esto se está volviendo realmente embarazoso!”
Después de mirar alrededor y comprender la situación, él murmuró “mi culpa”, entonces aflojó sus brazos. Chtholly, quien silenciosamente se deslizó fuera de su abrazo y retrocedió algunos pasos, miró a Willem con la cara de un rojo brillante.
“Un verdadero desastre, ¿huh?” Rió Ithea.
“Mm,” Nephren asintió en resignación.
Y los sollozos de Willem resonaron alto y claro.