SukaSuka – Volumen 3 – Capitulo 2 – Parte 3

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Parte 3: Estoy en casa

Él partió hacia el pueblo temprano por la mañana para hacer algunas compras. Su botín incluía una gran cantidad de harina, mantequilla, huevos, leche y azúcar. También había pequeñas cantidades de miel, nueces y frutas secas en la bolsa.

Willem caminó por el gran bosque de la 68º Isla, el maltratado camino de piedra estaba iluminado por los rayos del sol que se filtraban a través de las copas de los árboles. Varias hierbas crecían en las diminutas grietas del pavimento. El destartalado camino definitivamente no era agradable para caminar, pero al menos era virtualmente imposible perderse si simplemente lo seguía.

“Um, um, ¿esa bolsa es demasiado pesada?” Preguntó preocupadamente Lakhesh mientras caminaba a su lado.

“No subestimes a los adultos. Esto no es nada,” respondió Willem mientras reajustaba el agarre en el gigantesco bulto que llevaba en brazos. “¿Debería cargarte también ya que estamos?”

“Ah, um, creo que paso.” Ella agitó sus manos rechazando su oferta. “Estoy acostumbrada a este camino… por el trabajo.”

Las chicas, o hadas, son oficialmente armas secretas propiedad del ejército. En consecuencia, realmente no tienen mucha libertad. Si no están en algún tipo de misión, ni siquiera tienen permiso para dejar la 68º Isla. Bueno, si usaran sus propias alas para volar a las islas cercanas nadie diría nada. Pero como sea, eso también significa que básicamente no tienen restricciones mientras permanezcan en la 68º Isla.

“¿Cuánto tiempo llevas trabajando a medio tiempo en esa panadería?”

“Uh, casi medio año. Al principio echaba todo a perder, pero ahora incluso recibo cumplidos de mi jefe de vez en cuando.”

“¿Hm?”

Si Willem recordaba correctamente, el dueño de esa panadería era un hombre bestia de mediana edad no muy amable. Si era su cara natural o no Willem no lo sabía, pero él siempre parecía estar de mal humor. En otras palabras, definitivamente no parecía ser del tipo que hace cumplidos.

“Él dijo cosas como que quiere que lo ayude a atender la tienda durante el día, no solo ayudar a hacer el pan en la mañana, y que desearía que fuera su hija. Cosas como esas.”

“¿Hmmm?”

“… um, ¿Willem? ¿Pasa algo? Tu cara da miedo.”

Willem estaba perfectamente calmado. Absolutamente nada le estaba molestando. Por supuesto, ni siquiera se molestó en inventar mentiras tan obvias. Como sea, él hizo una nota mental para hacer otra visita a esa panadería en algún momento.

“Bueno, es genial que te permitieran trabajar. Normalmente los soldados no tienen permitido tener otros trabajos, ¿sabes?”

Estrictamente hablando, ellas eran armas, no soldados. Y además, un ejército que permite a sus soldados tener otros trabajos probablemente nunca ha existido. Pero bueno, Willem mismo era algo así como un soldado a medio tiempo, así que en realidad no era nadie para hablar.

“El gran hombre del ejército… el supervisor anterior a ti aparentemente estaba en contra, pero Nygglatho lo convenció.”

“Ah, ya veo.”

En papel, las chicas son propiedad del ejército, pero en realidad son más como equipamiento privado propiedad de la Compañía de Comercio Orlandri. El supervisor enviado por el ejército no es más que un supervisor superficial; toda la administración en realidad recae sobre el supervisor enviado por Orlandri. En otras palabras, Nygglatho tenía todo el poder en esa situación. Así que si ella quería que Lakhesh trabajara, entonces el supervisor del ejército no sería capaz de evitarlo, incluso si estaba en contra por alguna razón.

“Ah… eres del ejército también. ¿Crees que no debería ser permitido?”

“¿Hm?”

“Tú sabes, que trabajemos y ganemos dinero como la gente normal aunque solo seamos armas.”

“Oh, eso.” Dado que él era un miembro del ejército, o al menos eso era lo que decía su título, tendría sentido que Willem compartiera la opinión del supervisor anterior. “No veo nada de malo en eso. Si un niño encuentra algo que quiere hacer, entonces es el trabajo de los adultos por lo menos no interponerse si no van a apoyarlo. Mientras no estés divulgando secretos o vendiendo equipamiento en el mercado negro o algo, no te detendré.”

“¡¿En serio?!” El rostro de Lakhesh se iluminó. “Um, Willem, te quiero. Nosotras las hadas en realidad no tenemos padres así que no sé cómo sería, pero si tuviera un padre, creo que me gustaría que fuera alguien como tú.”

‘Te quiero’, huh. Esta vez, Willem podía aceptar esas palabras por lo que eran y estar genuinamente feliz. “Bueno, intento actuar como un padre para ustedes lo mejor que puedo.”

“¿De verdad? Ehehe.” Lakhesh rió animadamente, y Willem se le unió. “Oh, pero entonces necesitamos una madre también… adoro a Nygglatho también, pero creo que para Chtholly sería…”

Como siempre que las pequeñas comenzaban a decir algo aterrador, Willem pretendió no escuchar nada.


Nygglatho estaba usando una gran bata blanca de doctor sobre su atuendo habitual.

“Lo conseguí cuando me dieron mi licencia en cocina y medicina,” explicó.

Willem estaba un poco sorprendido. Bueno, en realidad tenía sentido. La cocina y medicina eran dos habilidades necesarias para cuidar de las hadas de aquí. Si Nygglatho no fuera talentosa como es en ambas áreas, no habría sido capaz de manejar este lugar por sí misma por tanto tiempo.

“De acuerdo. Tengo mi bata y todo, este será un verdadero examen físico.” Justo como Nygglatho prometió, era un examen real. Comenzando por palpar todo su cuerpo, ella siguió por iluminar los ojos de Chtholly, revisar el movimiento de sus ojos, le hizo un examen médico especializado y tomó una muestra de sangre. “Si te diera una mordida creo que podría averiguar mucho más…” Incluso bromeo mientras lo hacía.

“Hmmm…” Nygglatho leyó los datos, los garabateó y entonces continuó con el siguiente conjunto de números. Mientras repetía el proceso, su expresión cambió a una de sorpresa y desconcierto.

“¿Sufro alguna clase de enfermedad mortal o algo así?” Preguntó Chtholly.

“No, no es eso. No es eso, pero…”

Cuando el examen finalmente terminó, Nygglatho enterró su cabeza en sus manos y colapsó boca abajo en el escritorio.

“… ¿qué pasa?” Preguntó nuevamente Chtholly.

“La prueba de plata purificada resultó negativa,” dijo Nygglatho, sentándose lentamente.

“– Um, ¿eso qué significa?” Chtholly tímidamente presionó por más detalles.

Ella había escuchado que la plata tenía el poder de alejar el mal. Que podía alejar a los Vampiros o cortar la inagotable fuerza vital de los Trolls. La lista de tales leyendas seguía y seguía, pero al final, eran solo eso: leyendas. Supersticiones.

La plata de verdad no es más que un metal frágil. Sin embargo, se volvía negra en respuesta a toxinas o miasma, lo que la hacía una valiosa herramienta para detectar esas peligrosas sustancias. Se dice que los ricos usan pesados utensilios de plata por miedo al asesinato por veneno. ¿Pero qué tenía que ver todo eso con Chtholly?

“La plata purificada con cenizas especiales, en lugar de reaccionar a las toxinas habituales, lo hace con la muerte irregular. En otras palabras, se usa para detectar fantasmas, espíritus u otras criaturas de esa naturaleza.”

“Fantasmas…” murmuró Chtholly. Ella pensó por un momento. “Um… ¿y eso qué significa?” Entonces, la conclusión saltó en su cabeza. Ella tragó y preguntó. “… podría ser que…”

“Sí. Por supuesto, no tengo idea de por qué, pero basándome en los resultados solo hay una conclusión posible.” Nygglatho sacudió ligeramente el tubo de ensayo en su mano. Los contenidos de plata se sacudieron. “Como sabes, las Leprachauns son un tipo de Fantasma. Así que cuando mezclé tu sangre con esta plata, debería haberse vuelto negra inmediatamente. La ausencia de una reacción solo puede significar una cosa.”

La lógica de Nygglatho era simple, lo que significaba que no había lugar para un contrargumento.

“En otras palabras, ya no eres una Leprachaun.”

“… un momento. Eso no tiene sentido. Normalmente, naces con una cierta raza y te quedas así hasta que mueres, ¿verdad? No puedes solo despertar un día y decir ‘dejaré de ser un Troll’ y cambiar.”

“Tengo curiosidad de por qué elegiste a los Trolls como ejemplo, pero sí, normalmente es así.”

“¿Entonces por qué?”

“Como dije, no sé por qué. Eso es solo lo que el resultado de la prueba nos dice. No sabremos nada más hasta que no te examine un especialista.”

“Pero… entonces…”

Las Armas Excavadas, o Carillón, son armas extraordinarias que solo pueden ser usadas por los extintos Emnetwyte. Sin embargo, las Leprachauns, aunque solo son un sustituto, pueden blandir las antiguas espadas como si fuera Emnetwytes. Esa es la razón del por qué las hadas fueron colocadas en este almacén como armas secretas anti Bestias.

“Correcto. No deberías tocar un Arma Excavada de nuevo. No sabemos lo que pasaría. … no estoy intentando asustarte. Si alguien de una raza muy diferente a los Emnetwyte toca un Arma Excavada, su vida puede correr peligro, ¿sabes eso verdad?”

Por supuesto, Chtholly lo sabía. Es por eso que casi todos los soldados Reptrace nunca intentaron acercarse a las hadas. Solo un puñado tenía las agallas para acercarse tanto como hizo Limeskin.

“Sigues siendo una sin marcas, así que probablemente no estás muy lejos de los Emnetwyte, pero no deberíamos sacar conclusiones basadas solo en la apariencia.”

Chtholly lo sabía. Incluso si era solo una pequeña posibilidad, ella no podía arriesgarse innecesariamente a ponerse en peligro.

Pero aun así.

Estaba en su nombre. Chtholly Nota Seniorious. Si no podría volver a blandir esa espada, ella se convertiría en una débil e inservible Chtholly.

“… si no puedo usar Armas Excavadas, entonces ya no soy apta para ser un hada soldado.”

“Es correcto,” dijo Nygglatho mientras agregaba algo al final de sus garabatos.

“Si ya no soy un hada soldado, entonces no puedo seguir aquí.”

“Ah… supongo que podrías verlo de esa forma.” La mujer Troll frunció el ceño. “Pero quédate aquí. Podemos hacer algo con los documentos oficiales, y no es como si tuvieras una razón para querer irte de aquí, ¿verdad?”

“Pero…”

“No digas que ya no tienes nada que hacer. No hay lugar para el aburrimiento en la vida de una mujer con sueños y esperanzas. Recuerda eso.” Nygglatho agitó su dedo frente a Chtholly. “Sobreviviste. Estás en casa ahora. Tienes que atesorar eso mientras puedas.”

“Pero ni siquiera sé qué significa eso…”

“Veamos. Tal vez deberías comenzar a entrenar para ser una novia.”

“… ¿eh?”

“Lo digo en serio. El contrato de Willem termina en tres meses. Ya que el trabajo originalmente no tenía significado y los técnicos ni siquiera se quedaban aquí en primer lugar, no hay ninguna regla o algo que no permitan extender el contrato. Pero si se fuera, sería una gran pérdida para nosotras.”

Chtholly lo sabía. Ella lo sabía, pero…

“Por supuesto, conociéndolo, si le pedimos que se quede probablemente lo haría. Pero eso no es suficiente. Necesitamos algo más fuerte, algo que lo haga sentir que este es realmente su hogar. ¿Entiendes lo que estoy diciendo?”

Chtholly comenzaba a perderse.

“Si quieres que tu ganado paste libremente, primero tienes que disciplinarlos para que regresen a sus corrales al final del día, ¿verdad?”

La metáfora no parecía tener relación para Chtholly.

“Además, sería un desperdicio para el linaje del último Emnetwyte en el mundo terminar con solo una generación, ¿no es así? Dejando de lado su uso como comida por ahora, sería bueno si pudiera tener una esposa, empezar una familia, y dejar algunos descendientes, ¿verdad?”

Espera un segundo… las cosas comenzaban a ponerse raras.

“Para ser honesta, estaba pensando que tal vez yo podría intentarlo–“

“¡No!”

La silla en la que Chtholly había estado sentada cayó al suelo. Su rostro estaba ardiendo. La expresión de sorpresa de Nygglatho se transformó lentamente en una sonrisa burlona.

“¿No? ¿Por qué no?”

Basados en un reporte anterior, Willem tenía preferencia por las mujeres amables y confiables un poco mayores que él. Desafortunadamente, esas eran condiciones que Chtholly no podría cumplir sin importar qué. Y además, Nygglatho las cumplía perfectamente.

“… porque no tendría oportunidad.”

“¿De verdad lo crees? No estaría tan segura de eso.” Nygglatho se encogió de hombros. “Bueno, entonces será mejor que trabajes duro para capturarlo. O sino yo o alguna otra chica lo hará.”

Ahh, pensó Chtholly. Así que esta es la amabilidad de una mujer adulta.

Chtholly sintió como si Nygglatho le hubiera mostrado todo lo que a ella le faltaba.


Después del desayuno, cuando todas las pequeñas salieron a los campos de entrenamiento, Willem hizo su campamento en la cocina. Se puso un delantal sobre su uniforme del ejército, envolvió un pañuelo en su cabeza y colocó sobre la mesa los ingredientes que compró por la mañana en el pueblo. Y entonces, comenzó a trabajar.


Por como Willem lo veía, la cualidad más importante en el campo de batalla era una buena imaginación. ¿Qué implica específicamente la victoria? ¿Qué eventos llevarían a ella y cuáles seguirían? ¿Qué condiciones se necesitaban para que sucedieran? Solo aquellos que pueden unir todas las piezas en su cabeza pueden hacer realidad el futuro que desean.

Willem era muy experimentado en esos asuntos, siendo él mismo un veterano experimentado. Por ejemplo, esto es lo que predijo. Todas las pequeñas en el almacén querrían comer el pastel de mantequilla, incluso si intentaba explicar que era una recompensa para Chtholly por regresar a casa. Además de eso, por su personalidad, Chtholly no sería capaz de comer el pastel ella sola mientras las demás pequeñas miraban. Ella definitivamente intentaría compartirlo. En conclusión, para hacer que Chtholly comiera la cantidad necesaria de pastel de mantequilla, Willem tenía que preparar suficiente para todas.

Ahora, era tiempo de ver los resultados.

Las exhaustas niñas entrando a la cafetería después del entrenamiento dejaron salir gritos de emoción como una manada de animales salvajes. Ante sus ojos estaba un gigantesco y recién horneado pastel de mantequilla, emitiendo un dulce aroma que llenaba la habitación. Era suficiente para eliminar toda sensibilidad en las niñas. Sus ojos brillaron como bestias salvajes, y la baba casi se derramaba de sus bocas. Justo cuando los recién transformados monstruos hambrientos estaban a punto de abalanzarse…

“No olviden sus modales, ¿de acuerdo?” El verdadero monstruo hambriento, o más bien Nygglatho, dijo con una sonrisa.

Todas las niñas se sentaron tranquilamente, esperaron pacientemente hasta que las rebanadas de todas fueran servidas, hicieron su habitual plegaria antes de comer, y entonces llevaron sus tenedores a sus bocas. Al mismo tiempo, los ojos de todas comenzaron a brillar.

La primera ronda fue, como esperaba, un gran éxito. Pero Willem no tenía tiempo de saborear su victoria. Lo siguiente era la prueba de fuego, Chtholly. Él miró alrededor, solo para descubrir que la pieza clave de su misión, la chica de cabello azul, no estaba.

“Si estás buscando a Chtholly, probablemente esté en su habitación,” dijo Nephren mientras llenaba sus mejillas y emitía brillo de sus ojos.

“¿Por qué? Estoy bastante seguro de que le dije que viniera…”

“Tú sabes, ella tiende a actuar pretenciosa en los momentos más extraños.” Ithea se dio la vuelta y se unió a la conversación.

Willem recordó algo que había oído hace un tiempo. Aparentemente, cuando Chtholly Nota Seniorious comía en la cafetería del almacén de hadas, ella nunca ordenaba postre. Pero ella definitivamente no tenía un odio ardiente por las cosas dulces. Tiat una vez le explicó que eso era porque Chtholly era un adulto. Por alguna razón, Tiat lo dijo orgullosamente, como si hablara de sí misma, pero como sea, de acuerdo a ella solo los niños llenan sus mejillas con postre, mientras que los adultos los declinan calmadamente. Willem pensó que esa forma de ver las cosas era más infantil que disfrutar un postre, pero se mantuvo callado.

Como la mayor de las hadas soldado en el almacén, Chtholly trataba desesperadamente de parecer lo más madura y confiable posible ante sus hermanas menores. Ninguna otra hada había presenciado jamás a Chtholly comer una golosina. Willem pensó que eso era realmente sonaba a Chtholly.

“Bueno, no es problema. Todo lo que tienes que hacer es entregar personalmente algo de pastel en su habitación y así pasar un dulce tiempo juntos.”

“No lo hagas sonar raro.” Él ligeramente golpeo la frente de Ithea.


Diez minutos después, en la habitación de Chtholly.

“¿Entonces? ¿Por qué Chtholly, la estrella principal fue la única que no estaba presente en la cafetería?”

“Um… bueno, tú sabes, en realidad no quiero que las demás me vean comer esto…”

“¿Y por qué no?”

“Es tan infantil, ¿verdad? Y además, aparentemente actúo de forma vergonzosa cuando como ese tipo de cosas, así que como la mayor de por aquí, no quiero mostrar eso a las demás.”

Una razón que Willem ya sabía, y una respuesta que podría haber predicho fácilmente. Él dejó salir un gran suspiro.

“¿Qué?”

“Solo digo, preocuparte tanto por esas cosas es lo que es realmente infantil.”

“¡¿Qu–?!”

Cuando Chtholly se levantó furiosamente, Willem colocó un trozo de pastel sobre su escritorio.

Una dulce fragancia comenzó a diseminarse por la habitación.

La ira desapareció de los ojos de Chtholly, y cayó de vuelta en su silla.

“¿Debería preparar algo de té también, señorita?” Intentando contener la risa, Willem tomó una rebanada con su tenedor.

“… ¿pastel de mantequilla?”

“Sip.” Él no sabía por qué tenía que preguntar, pero asintió de todas formas.

“… ¿le pusiste nueces?”

“Pensé que le daría un buen sabor y textura.”

Chtholly estaba examinando el pastel desde todos los ángulos.

“… se ve delicioso.”

“Lo está.”

“… puedo comer esto, ¿verdad?”

“Obviamente. ¿Para quién crees que lo hice?”

Ella se quedó mirándolo un poco más. Entonces, ligeramente lo pinchó con la punta de su tenedor. Ella tomó un trozo lo suficientemente grande para un bocado. Con manos temblorosas, lo levantó lentamente.

“…”

Finalmente, ella reforzó su resolución, y lo deslizó en su boca.

De acuerdo, de acuerdo. Te haré comer tanto pastel que tendrás acidez.

Ella recordó la promesa que hicieron esa noche.

Finalmente la habían cumplido.

Y además de eso, ella había logrado algo que Willem nunca tuvo oportunidad de hacer. Ella había sobrevivido a la batalla y regresó al hogar donde pertenecía. Ella pudo oír ‘bienvenida a casa’ de la persona que había esperado por ella.

Chtholly masticó por un momento, entonces tragó.

“Sabe cómo pastel de mantequilla.”

“Eso es porque es pastel de mantequilla,” dijo Willem encogiéndose de hombros.

Una gran gota cayó sobre la rodilla de Chtholly.

“Es un poco tarde para estar diciendo esto… lo sé… pero realmente… realmente volví a casa.”

Ya habían pasado diez días desde que Chtholly y las otras dos habían regresado al almacén. Si contabas el tiempo desde el final de la batalla, ya habían pasado más de dos semanas.

Pero recién ahora ella comenzaba a darse cuenta de ese hecho.

Willem nunca llegó a ver el campo de batalla en la 15º Isla Flotante. Solo podía adivinar por cuanto había pasado ella para mantener su promesa.

“Debes haber trabajado muy duro.” Él se sintió como un idiota, no siendo capaz de encontrar nada mejor que decir.

“Lo hice… realmente lo hice…” Las lágrimas derramándose de los ojos de Chtholly comenzaron a humedecer sus mangas. “Lo siento… ya ni siquiera puedo saborearlo. Creo que sabe bien, pero mi cabeza está llena con otras cosas ahora mismo…”

“Ya veo.”

Sentado junto a la sollozante Chtholly, Willem pensó. Si él estuviera en su posición, ¿qué habría hecho? En otras palabras, incluso aunque no pasaría ni en un millón de años, si de alguna manera fuera capaz de cumplir su promesa con Almaria, ¿qué hubiera pasado? Si él fuera capaz de proteger las cosas que quería proteger, regresar a ese hogar que tanto ansiaba, y llenar sus mejillas con el pastel de mantequilla de su hija como recompensa, ¿qué hubiera hecho?

Willem imaginó que simplemente hubiera llorado incontrolablemente. Él hubiera desatado sin piedad una tormenta de abrazos y besos sobre todos los niños del orfanato. Ellos dirían que dolía o lo llamarían espeluznante, pero aun así se hubiera rehusado a dejarlos ir.

“Hay mucho más, así que no te contengas, ¿de acuerdo?”

“Lo sé… lo sé, pero no puedo…”

Ella no había comido mucho desde su segunda mordida. Bueno, eso era entendible. Willem rió y colocó gentilmente su mano sobre la cabeza de Chtholly.

Esta vez, ella no le dijo que no la tratara como una niña.

“Ya lo dije ayer, y es un poco tarde, pero… bienvenida a casa, Chtholly.”

“Ah…” El tenedor se deslizó de sus dedos. Ella lentamente levantó su cabeza mientras sollozaba incontables veces. Sus profundos ojos azules estaban borrosos por sus desbordantes lágrimas. “Estoy en casa.”

La frente de Chtholly cayó contra el estómago de Willem. Él podía sentir la calidez de sus lágrimas a través de su uniforme del ejército.

“Finalmente lo dije.”

“Mhm. Y yo finalmente lo escucho.” Él palmeó ligeramente la parte trasera de su cabeza.

Mientras Chtholly se aferraba a Willem y lloraba, su cuerpo tembló tan violentamente que Willem sospechó que se debía a algo más que solo felicidad.


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