SukaSuka – Volumen 3 – Capitulo 2 – Parte 4

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Parte 4: Cálidos días en una helada temporada

Recientemente, ha habido rumores sobre goteras en el corredor del segundo piso. Una rápida visita confirmó que en efecto era necesario un poco de trabajo de carpintería. Podrían llamar a alguien del pueblo otro día, pero por ahora bastaría con un parche–

“… ¿hm?” Aun mirando al techo, Willem inclinó su cabeza confundido.

“¿Qué pasa? ¿Encontraste algo raro?” Chtholly siguió la mirada de Willem, pero no pudo ver nada además de las habituales tablas viejas y podridas.

“Oh, nada. Es solo que siento que esto pasó antes.”

“¿De verdad?” Chtholly intentó buscar en sus recuerdos, pero no consiguió nada. “La última cosa que recuerdo que reparaste fue la pared que Collon tiró abajo.”

“No me refería a eso… olvídalo. Si no puedo recordarlo, no debe haber sido importante.” Willem tronó su cuello. “Creo que aún quedan suficientes tablas y clavos de la última vez… hey, ¿sabes dónde está el martillo?”

“¿No lo habías preguntado antes? ¿Ya lo olvidaste?”

Ahora que lo decía, tal vez lo hizo.

“Lo siento… entonces, ¿dónde está?”

“Wow, realmente tienes mala memoria,” dijo Chtholly con una risa. Ella abrió su boca de nuevo para decir algo. “– ¿huh?”

La ubicación del martillo. Chtholly estaba segura de que lo sabía. Pero por alguna razón, no le venía a la cabeza.

“¿Qué pasa?”

“Perdón, yo, um… parece que también lo olvidé.”

“Oh vamos, ¿tú también? Debe ser un escurridizo martillo.”

“S-Sí…” Ella asintió dudosamente, aún perpleja por la situación. Un ominoso sentimiento surgió en ella, pero intentó convencerse a sí misma de que no era gran cosa.

“Bueno, no pasa nada. Si ambos lo hemos olvidado, solo tenemos que encontrar una tercera persona, ¿verdad?”

“S-Sí… de acuerdo.”

Willem era un buen tipo. A veces podía ser un poco torpe y despistado con las chicas, pero cuando estaba a su lado Chtholly podía decir que él siempre hacía su mejor esfuerzo para cuidar de ellas. Sus acciones y palabras transmitían bien su amabilidad. Así que por supuesto, ella quería estar junto a él tanto como fuera posible. Ser más cercana a él. Ser mimada por él.

Chtholly forzó una sonrisa. “Vayamos entonces. Probablemente está en uno de los cuartos de almacenamiento, en el primer o segundo piso.”

“De acuerdo.”

Willem se dio la vuelta y comenzó a caminar. Chtholly miró a su mano izquierda. Si ella corriera y sujetara su mano, ¿él se sorprendería? Probablemente no se resistiría… ¿pero lo vería como algo positivo? En la 11º Isla cuando Nephren se aferró a su brazo, él no la alejó, pero se veía un poco molesto. Si ella tomara su mano y él le mostrara el mismo tipo de expresión, eso sería… no muy agradable. Con un furioso debate en su cabeza, Chtholly caminó en silencio medio paso detrás de Willem.

“Ooooh.” Con su cabeza asomándose desde la esquina del pasillo, Tiat parecía bastante emocionada por algo.

“¿Es este… un romance adulto?” También asomándose desde la esquina estaba Lakhesh, con las mejillas un poco sonrojadas por alguna razón.

“Medio paso por detrás… repentinamente estando a solas, no están seguros de como acercarse,” dijo Ithea, espiando con las otras dos.

“Puedo oírlas,” dijo Chtholly, y las tres cabezas desaparecieron detrás de la pared.


Han pasado cinco días desde su despertar.

Al menos por ahora, no había problemas visibles con el cuerpo de Chtholly.

Ella en realidad no había aceptado la propuesta de Nygglatho, pero tampoco tenía nada en particular que hacer, habiendo perdido su rol como hada soldado. Todo ese tiempo que solía gastar en su entrenamiento ahora podía ser usado para otras actividades. Por el momento, liderar el entrenamiento de las pequeñas y ayudar a Nygglatho la mantenía ocupada.


Chtholly tomó un poco de sopa y la probó. Una leve sensación de hormigueo cubrió la punta de su lengua. No está mal. Pero, considerando el volumen de cordero que será añadido después, tal vez sería mejor darle un sabor más picante. Ella cortó algunas hierbas y las arrojó en la olla.

“… ¿de nuevo carne con muchas especias? La comida favorita de cierta persona, ¿huh?”

Ithea vino y comenzó a burlarse, pero Chtholly la echó rápidamente, citando la bien conocida regla de que solo la chica encargada de la comida puede estar en la cocina. La regla aplicaba a todas las hadas, pero no a Willem, Nygglatho, o Chtholly, quien había sido recientemente agregada a esa lista como la nueva asistente de Nygglatho.

Podría ser buena idea endulzar los vegetales un poco. Bueno, eso las haría más populares con las pequeñas, pero ella no tenía suficiente información para decir si sería bien recibido por cierta persona importante. Sus opciones eran limitadas, Chtholly decidió servirlas por hoy y observar su reacción. Hoy, mañana, el día siguiente. Si mejoraba solo un poco cada día, seguramente se convertiría en la versión de sí misma a la que aspiraba tarde o tempano.

“Acaparar la cocina para ti sola solo para complacer el estómago de una persona no es bueno, ¿sabes?”

Chtholly escuchó una voz viniendo de la entrada de la cocina, así que lanzó un cucharón para ahuyentar a la plaga.


Las pequeñas corrieron.

Había rumores de que muchas estrellas fugaces eran visibles en el cielo al norte. El clima era bueno y estaba despejado, pero incluso si no fuera así, sería una pena perderse la oportunidad de ver tal belleza en el cielo nocturno.

El problema estaba en encontrar un lugar adecuado para ver el espectáculo. ¿La gran ventana de la cafetería? ¿Por la ventana en el cuarto de las pequeñas? ¿En la banca frente a la entrada principal? Al final, el consenso fue que verlo desde lugares tan ordinarios y aburridos tenía sus límites. En su lugar, ellas tenían un área VIP esperándolas: el tejado. El tejado normalmente estaría lleno de ropa colgada, pero en una noche despejada seguramente sería una gran plataforma de observación.

Las pequeñas corrieron incansablemente, apresurándose por los pasillos para asegurarse los mejores asientos.

“¡E-Esperen!” Gritó Tiat, persiguiéndolas con una toalla en mano. “¡Séquense el cabello después de bañarse! ¡Pescarán un resfriado!”

Una demanda perfectamente lógica y razonable. Desafortunadamente, las mentes de los niños tienden a ignorar la lógica y la razón cuando están ocupadas con algo más emocionante. Esto era especialmente cierto para las jóvenes hadas, quienes no tenían particular interés por su propia salud en primer lugar.

Las pequeñas corrieron, con sus cabellos húmedos goteando mientras pasaban.

“¡¡Esperen!!” Tiat finalmente atrapó a una de ellas y frotó su cabeza con la toalla, pero durante ese tiempo las demás continuaron con su escape. Las oportunidades de atraparlas a todas comenzaban a parecer muy escasas.

La lucha de Tiat podía ser oída desde afuera.

“Ella realmente hace un buen trabajo cuidándolas, ¿huh?” Dijo Willem mientras miraba al cielo nocturno desde la banca.

Tiat solo tenía diez años, era muy baja, y sus pensamientos y acciones eran, como se esperaba, infantiles. Considerando eso, los intentos de Tiat para ser la madura fueron un poco inesperados para Chtholly. Sin embargo, ella no estaba realmente sorprendida.

“Ella probablemente está intentando actuar como yo.” Rió Chtholly. “Hace poco, yo era la que las perseguía de esa forma.”

“Ya veo. Eso tiene sentido.” Aun mirando arriba, Willem sonrió.

Admirando el mismo cielo nocturno, Chtholly le dio una breve mirada al rostro de Willem. Se veía bastante calmado. Sentarse uno junto al otro en la banca aceleró el corazón de Chtholly, pero aparentemente no tuvo un efecto similar en Willem. Una parte de sí misma se sintió decepcionada, pero otra parte de ella pensó que las cosas estaban bien como eran.

“Oh cierto, también perseguías algo cuando nos conocimos. Bueno, no fue hace tanto como para contarlo como una vieja historia, pero…”

“Eh…”

Incontables canicas rodando.

“Creo que nunca te pregunté. ¿Por qué estabas en la 28º Isla en ese momento?”

“Además, ¿en el Mercado Medlei? No es un lugar que frecuenten los turistas. ¿Estabas de camino a casa de una batalla con las Bestias o algo?”

“Los edificios por ahí son un desastre, y no es exactamente el área más segura. Siempre hay cosas cayendo del cielo. Normalmente eran botellas o latas de aceite… a veces era una gallina y obtendrías tu cena para ese día.”

… qué…

“Pero esa fue la primera vez que vi caer a una chica del cielo. Estaba bastante sorprendido.”

… ¿de qué está hablando?

Los eventos que él describía sonaban tan poco familiares para Chtholly. Ella sentía que eran valiosos recuerdos, pero no recordaba ninguno de ellos. Tampoco era que los recuerdos no estuvieran ahí. La Chtholly que había experimentado esos eventos ya no estaba viva.

“¿Chtholly? ¿Qué pasa?”

“Ah… um…” Ella no sabía cómo responder. Ella no tenía la confianza de poder transmitir el extraño descubrimiento que pasó por su cabeza. Y más que nada, tenía miedo de decepcionar a Willem. Ella no quería que él se diera cuenta de que ella ya no era la chica por la que tanto se preocupaba. “Um…”

¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo podía pensar esas cosas? Willem estaba preocupado por ella. Ella tenía que mirarlo y decirle ‘estoy bien’. Ella tenía que reconfortarlo. No era momento de actuar sospechosamente. Ella no podía dejar que Willem notara que algo estaba mal. No podía dejar que él supiera la verdad. ¿Qué está mal? ¿Cuál es la verdad? Ella no lo sabía. Ella no lo sabía, pero era importante. No eran cosas en las que no podía permitirse ceder si quería seguir siendo Chtholly Nota Seniorious.

“¿Chtholly?” Willem miró el rostro de Chtholly con sospecha.

– Repentinamente, un ominoso sonido metálico resonó desde arriba.

Instintivamente, Chtholly levantó su cabeza.

Una barandilla de metal bordeaba el perímetro del tejado del almacén de hadas. Sin embargo, no era exactamente la barandilla más robusta, y además estaba comenzando a deteriorarse. En este punto, era lo suficientemente inestable para romperse si alguien se apoyaba en ella. Ella llevaba un tiempo pensando que tenía que ser reparada, pero todos estaban ocupados y continuaban aplazándolo.

En el aire, a una altura de dos pisos, Chtholly divisó a una pequeña niña en caída libre. Era baja incluso entre las pequeñas del almacén, su cabello color limón se agitaba con el viento.

¡¿Almita?!

Ahora, ella en realidad no estaba tan alto, pero eso también significaba que no tardaría mucho en golpear el suelo. Chtholly nunca llegaría a tiempo simplemente corriendo.

Willem se abalanzó hacia adelante.

No parecía que ese Ruiseñor o como sea que se llame esa técnica. La distancia probablemente era demasiada. Técnicas diseñadas para cubrir cortas distancias no podían ser usadas para cubrir una gran distancia. Pero, como Chtholly, él definitivamente no sería capaz de lograrlo a su velocidad normal.

Chtholly activó su visión de hechizo.

Ella vio las chispas de la magia comenzando a encenderse dentro del cuerpo de Willem.

¡¡Ese idiota!!

Ella pateó el suelo.

El cuerpo de Willem estaba cubierto de viejas heridas, al punto en que Nygglatho consideraba un milagro que él siguiera con vida. Encender Venenum con ese cuerpo era equivalente a suicidarse. Y este hombre llevaría a cabo tal acto sin pensarlo dos veces para salvar a sus preciadas hijas.

Así que Chtholly tenía que adelantársele. Ella encendió su propio Venenum antes, extendió sus alas ilusorias y se deslizó por el aire, dejando un rastró de luz azul a su paso. Ella pasó a Willem, extendió sus brazos y atrapó a la niña justo antes de que chocara contra el suelo.

Entonces, abrazando fuertemente el cuerpo de la pequeña, Chtholly cayó. Su momentum restante no se disipó tan fácilmente. Ella rodó unas cuantas veces antes de finalmente ser detenida por la pared del almacén de hadas.

“Hnn…”

Sería mentira decir que no había dolido. Sin embargo, el Venenum protegiendo su cuerpo previno cualquier lesión mayor. La niña que sostenía en brazos parecía un poco mareada, pero parecía estar bien.

“¡¿Chtholly?!” Willem la llamó desesperadamente mientras corría.

“No grites como un bebé… eres un adulto, ¿verdad?” Chtholly se puso de pie y sacudió el polvo de sus ropas. “Estoy bien. Y mira, también Al… um…” Ella le dio a la niña en sus brazos una pequeña sacudida. “Ella también está bien. Solo un poco sucia.”

“Ese no es el problema. ¡No seas tan imprudente! ¡¿Estás mareada?! ¡¿Puedes sentir tus dedos?! ¡Tú espalda no se siente rara, ¿verdad?!” Willem la agarró por los hombros y la acercó.

“¡H-Hey! ¡Demasiado cerca! ¡Me alegra, pero no es el momento!”

“¡Escucha! El Venenum es el opuesto de la vida. Encenderlo significa debilitar la voluntad de vivir de tu cuerpo. ¡No puedes ir por ahí usándolo sin algo que evite que te mates a ti misma!”

Por supuesto, Chtholly ya sabía todo eso. Era conocimiento básico para cualquiera que usara magia.

“Y las Leprachauns de por sí tienen una fuerza vital débil, así que incluso sin poner mucho esfuerzo en controlarlo pueden conjurar mucho Venenum,” continuó Willem.

“Si, entonces…”

“¡Pero ya no eres una Leprachaun!” Gritó. “¡Además, ¿qué fue esa imprudente ignición!? ¡Leprachaun o no, una persona normalmente moriría al instante si hiciera eso!”

“Eh…”

Ahora que Willem lo decía, Chtholly se dio cuenta por primera vez. Encender Venenum es como encender una llama real. Para poder crear un infierno ardiente, primero tienes que comenzar con una pequeña chispa y aumentarla con el tiempo. El Venenum no funciona muy bien en situaciones repentinas. Por supuesto, hacer algo como lo que acababa de hacer Chtholly es muy imprudente y peligroso, pero normalmente no sería posible.

“Yo… yo creí que te volvería a perder.”

“Geez.” La cabeza de Chtholly ya era un desastre antes de esto, y ahora solo estaba empeorando. Incontables pensamientos obstruyeron su mente, el rostro de Willem estaba cerca, viéndolo tan de cerca notó que sus pestañas eran inesperadamente largas…

“Cálmate.” Ella palmeó ligeramente la mejilla de Willem. Ella se palmeó la suya también. Willem no era el único que tenía que calmarse. “Primero, te devolveré tus palabras. Si no lo hubiera hecho, lo hubieras hecho tú, ¿verdad? Habrías conjurado Venenum imprudentemente para acelerarte. Estaba viendo. Lo vi.”

Willem quedó en silencio.

“Además, estoy bien. No me siento mareada, mi espalda es normal… mis dedos se sienten un poco entumecidos pero desaparecerá por sí solo pronto.”

“No te estás haciendo la fuerte, ¿no?”

“Wow, veo que confías mucho en mí.” Rió Chtholly y quitó las manos de Willem de sus hombros.

Mirando arriba a la azotea, como esperaba, vio la barandilla completamente rota. En el borde, Tiat estaba en cuatro patas y miraba hacia ella con una cara que parecía que iba a estallar en llanto en cualquier momento.

“¡Está bien! ¡La atrapé!” gritó, y el humor de Tiat mejoró inmediatamente. “¡Pero aun así es peligroso, así que no vayan a la azotea por un tiempo! ¡Lleva a las otras niñas abajo!”

“¡D-De acuerdo! ¡Lo tengo!”

Tiat se puso de pie y se puso a trabajar reuniendo a las pequeñas que aún seguían en la azotea. Chtholly podía confiar en Tiat para ponerlas a salvo.

“Bueno, entonces voy a llevarla a ella a la bañera. Deberías ayudar a Tiat.”

“Ah…” Willem, ligeramente mareado, asintió.


Afortunadamente, aún quedaba bastante agua tibia en la bañera. No había necesidad de ir a buscar más agua al río o calentarla usando Venenum, así que podían concentrarse en la tarea. Chtholly frotó el cabello color limón cubierto de burbujas de la niña. Su esponjosa cabeza había acumulado una considerable cantidad de suciedad mientras rodaban por el suelo. Tomaría un poco de esfuerzo de parte de Chtholly para quitarlo todo.

“U-Um…” La niña, manteniendo sus ojos fuertemente cerrados para evitar que entrara jabón, comenzó a hablar cautelosamente. “L-Lo siento.”

“Si vas a disculparte, hazlo con Tiat, no conmigo. Si la hubieras escuchado, no habrías acabado en una situación tan peligrosa.”

“E-Está bien… lo siento.”

¿Realmente está escuchando? Bueno, Chtholly no esperaba mucho. Cuando los niños de esa edad son regañados por hacer algo, tienden a no enfocarse en lo que hicieron. Ella probablemente no se asustó en lo más mínimo por casi caer a su muerte, así que seguramente no entendía por qué Chtholly la estaba regañando en primer lugar. Chtholly recordó una vez más cuan retorcidas eran las ‘vidas’ de las Leprachauns, careciendo incluso del fundamental instinto de supervivencia.

Ella levantó la mirada.

Había un gran espejo en el baño del almacén de hadas. Fue puesto ahí por Nygglatho más o menos cuando Chtholly llegó por primera vez aquí. De acuerdo a Nygglatho, armas o no, tenían que cuidar su apariencia. El espejo era solo una de las muchas cosas que Nygglatho agregó al almacén, pero como sea…

“… ¿huh?”

Chtholly sintió algo extraño en la imagen reflejada en el espejo: rojo. Su cabello era rojo. Ayer, o más bien hace solo unos minutos, solo unas cuantas hebras de cabello se habían vuelto rojas. Pero ahora, el nuevo color cubría casi un tercio de su cabeza.

¿Qué está pasando?

Ella sintió que su situación podría ser un poco diferente de la de esa gente bestia que describió Nygglatho cuyo color de cabello cambiaba con la temporada o su crecimiento. Esas especies perdían su cabello antes de que creciera un conjunto de diferente color. Su cabello no cambiaba de color repentinamente mientras aún estaba pegado a su cabeza. Eso significaba que Chtholly estaba experimentando algo completamente diferente.

Una chica de ojos rojos está mirando hacia aquí.

– Esta sensación. Las numerosas imágenes sin sentido corriendo por su cabeza. Chtholly recordó. Su propio cuerpo parecía ser el de un completo desconocido. Fuerte, sentimientos aleatorios de odio y pérdida. Y también…

“… ¿Elq…?”

Ella recordó ese nombre, y solo ese nombre. Todo lo demás había escapado de su memoria.

“¿Huh? Qué era…”

Su cuerpo comenzó a temblar. Su campo de visión se tambaleaba de un lado a otro.

“¿Chtholly?” La niña cubierta de burbujas se dio la vuelta y la miró.

¿Cuál era el nombre de esta niña? Chtholly no podía recordarlo. Era casi como si nunca lo hubiera sabido. ¿Pero por qué? Hay poco más de treinta residentes en el almacén de hadas. Todos eran una familia. O deberían serlo. ¿Entonces por qué?

“¿Tienes frío?”

No. No es eso. Algo más se aferró a su corazón y lo congeló. Pero ella no sabía que era ese algo. Chtholly se quedó ahí, aturdida, incapaz de sus pensamientos en palabras.


Ella había querido escuchar ‘bienvenida a casa’.

Ella había querido decir ‘estoy en casa’.

Ella había querido comer pastel de mantequilla.

Todos esos deseos se habían hecho realidad. Ella había regresado al hogar que pertenecía, visto a la persona que quería ver una última vez, y cumplido todo lo que quería.

Habían cumplido su promesa.

El final había alcanzado a la chica, y ahora silenciosamente puso una mano en su hombro.


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