
Capitulo 19
«Fuu… Nn, esta espada… ¿es bastante buena?»
«Sí, en este rango de precio, creo que es buena. Estoy segura de que es el resultado de omitir tantas decoraciones como fuera posible.»
Vermudol, Ichika, y Nino, los tres estaban evaluando espadas en una tienda de armas del Reino Zadark.
La espada que estaban mirando era simple, pero luego de desenvainarla, el brillo de la hoja era hermoso, e incluso Vermudol, que era un amateur cuando se trataba de espadas, dejó salir un suspiro de admiración.
Viendo eso, el tendero Norm se acercó alegremente y le habló a Ichika.
«Ohh, así que realmente lo entiendes, ¿verdad? Esa es bastante excelente incluso entre espadas mágicas.»
«Sí, sin embargo, a este precio, ¿no sería suficiente solo para cubrir los costos de materiales?»
«No, está bien. Después de todo, es prácticamente un servicio de la tienda.»
«Fumu. Esa forma de verlo es un punto que debería ser evaluado.»
Sonriendo irónicamente por el amigable intercambio entre el tendero e Ichika, Vermudol devolvió la espada a la repisa.
Cuando miró hacia Nino, ella había tomado una espada curva de la pared y la estaba examinando con escrutinio.
Ya que él no era un espadachín, Vermudol no podía entenderlo, pero para aquellos que manejan armas, puede que las tiendas de armas tengan un lugar especial en sus corazones.
Todavía no habían visto toda la ciudad, pero los lugares que visitaron estaban llenos de vida.
El lugar tenía mucha energía y estaba tan desarrollado que era imposible compararlo con como era cuando Vermudol nació como el Rey Demonio.
La gente estaba llena de sonrisas, y desbordaba esperanza.
Tal vez, y esto solo era un tal vez.
Tal vez si seguían así y se olvidaban del territorio de la humanidad, ¿no terminaría todo en paz?
No-
Vermudol sacudió la cabeza de lado a lado.
Algún día, en alguna parte, algo que tenga que ver con la humanidad definitivamente vendría.
Esto estaba dentro de las expectativas de Vermudol, y por eso expresamente fue al territorio de la humanidad, estudió el asunto, e intentó aplastar tantos problemas como pudo.
Pero, lejos de dar frutos, esos esfuerzos fueron interrumpidos por un problema aún mayor creado entre naciones de la humanidad.
Dicho eso, era algo sobre lo que ya no podía hacer nada.
Sin embargo, él no podía entender la cosa conocida como humanidad.
¿Por qué la humanidad estaba dividida en múltiples naciones?
¿Por qué ser de una raza diferente causaría discordia?
¿Por qué no podían unirse aunque había un rey?
Vermudol pensó.
¿Por qué algo que los Mazoku podían hacer era imposible para la humanidad?
Para construir buenas políticas e interacciones de calidad entre razas, las diferencias en poder mágico y habilidad física no importaban.
En otras palabras, la humanidad debería ser capaz de construir un sistema similar al de los Mazoku.
Y aún así, por qué-
No podía encontrar la respuesta.
No, Vermudol temía encontrarla.
Aceptar esa respuesta solo podía significar una cosa para Vermudol.
Eso significaría despedirse de todos los sentimientos y formas de pensar de cuando fue Humano.
No era que le pareciera lamentable, pero si fuera a abandonarlos, entonces seguramente… acabaría recorriendo un camino del que no había vuelta atrás.
«… ¿Nn?»
*Kui kui*
Cuando alguien tiró de su manga, Vermudol despertó de su mar de pensamientos.
Lo que vio entonces fueron las figuras de Nino tirando de su mango e Ichika observando su rostro.
«… ¿Se encuentra bien?»
Escuchando las palabras de la preocupada Nino, Vermudol abandonó sus pensamientos que iban en una dirección negativa.
«Sí, estoy bien… Solo estaba, pensando en varias cosas.»
«No hay nada de que preocuparse.»
«¿Nn?»
Escuchando las palabras de Ichika, Vermudol involuntariamente pidió una explicación.
«Esa angustia se convierte en su poder.»
Ante los ojos de Vermudol, se encontraba la realidad de que los miembros de la humanidad estaban peleando unos contra otros, y la realidad de que los Mazoku celebraban la paz.
En la dirección opuesta de las expectativas y decepciones que sintió por la humanidad, también tenía que cumplir con su deber como rey de los Mazoku.
Desde ahora, Vermudol buscaría la paz que él mismo deseaba, y seguramente continuaría buscando un método que le permitiera mantenerla por toda la eternidad.
Algún día, cuando el fruto conocido como angustia sobrepasara los límites y cayera al suelo- Será en ese momento en que Vermudol se convertirá en un verdadero Rey Demonio.
Ichika imaginó ese día, y expresó una amable sonrisa.
«Estoy a su lado.»
«Mu, ese es mi deber.»
Aparentemente no entendiendo el significado de esas palabras, Nino se aferró a Vermudol y declaró eso.
«… Ya veo. Eso es, verdad.»
Tampoco entendiendo el verdadero significado de las palabras de Ichika, Vermudol expresó una pequeña sonrisa y asintió.
Sin embargo, Ichika pensó que eso estaba bien.
«Sí, por supuesto que es verdad.»
«La verdad no lo entiendo, pero Nii-chan, si simplemente van a estar coqueteando, ¿podrían hacerlo afuera?»
Escuchando al tendero de la tienda de armas que parecía no poder soportarlo más, Vermudol rió.
«Ah, claro. Perdón, perdón. Es que últimamente hay muchas cosas que me están estresando.»
«Ya veo. Debe ser difícil para ti.»
Con un ligero saludo hacia el tendero que parecía no entenderlo en lo más mínimo, el grupo de Vermudol salió de la tienda.
El cielo estaba oscuro y nublado como siempre, sin embargo, Magia de Luz que iluminaba la ciudad flotaba de aquí para allá.
«¡Oh, los estaba buscando!»
A lo lejos podía escucharse la voz de Orel.
Probablemente los estaba buscando mientras saltaba por los techos. Orel saltó del techo de la tienda de al lado, y aterrizó justo frente a Vermudol.
«… ¿Orel? ¿Qué pasa?»
Comparado con los Cuatro Generales Cardinales, Orel se quedaba bastante atrás, pero estaba equipado con una habilidad especial para distinguir a la gente por su poder mágico. Por lo tanto, en casos en que era necesario buscar a una persona, no había muchos en el Continente Oscuro que sobrepasaran a Orel.
«Pasó algo problemático. Perdón por hacer esto a mitad de tu cita, ¿por podrías por favor volver?»
En respuesta a Orel y su tono despreocupado, Vermudol asintió.
«… Algo problemático, ¿huh?»
«Sí, honestamente, es algo que Rokuna y yo no podemos manejar.»
Escuchando eso, Vermudol suspiró.
Él quería pasear por la ciudad un poco más, pero no había nada que hacer al respecto.
Los asuntos importantes del Reino Zadark tenían que resolverse con prioridad máxima.
«… Entiendo. Regresaré inmediatamente con Transferencia.»
«Oh, eso sería bueno. Iré contigo.»
Nino miró a Orel agarrar la manga de Vermudol con disgusto.
«Portal.»
Junto con vestigios de luz, las figuras del grupo de Vermudol se desvanecieron.
Siendo el Rey Demonio, el lugar de transferencia de Vermudol era el Salón del Trono del Castillo del Rey Demonio.