
Parte 2: Los Aventureros del Gremio
Los rumores se esparcieron por el Hospital de Ciudad Gomag.
La gente aparentemente escuchaba cantos por la noche en el ala especial.
Algunos decían que era una voz masculina, otros que era femenina; algunos decían que era la voz de un niño y algunos la de un anciano; algunos decían que era una canción de amor, y otros que era una que añoraba el hogar- cada noche, este sonido indeterminado resonaba de la nada.
Había, por supuesto, algunos que pensaron que era uno de los internados cantando. Pero los únicos que estaban en el ala especial en ese momento eran cinco hombres y mujeres que habían quedado en coma, con causas desconocidas. Y ya que había un grupo armado desconocido tras ellos, había una estricta seguridad día y noche. No había forma de que alguien de afuera se colara.
En ese caso, solo había una posibilidad.
Los pacientes en coma, seducidos por sueños del mundo gris, eran los que cantaban. A través de la nostálgica pero nauseabunda melodía, intentaban arrastrar a aquellos a su alrededor al mismo mundo de sueños…
«¡¿Podrías dejar eso?!»
Luzie tembló ligeramente.
«¡Se supone que tengo que ayudar con la seguridad esta noche, ¿sabes?! ¡¿Qué se supone que haga si veo algo que no debería ver?!»
«Oh, simplemente tenia que hacerlo, porque enserio quería ver como reaccionarías.»
Ted sonrió, y entonces cayó hacia atrás cuando un puño hizo contacto con la punta de su nariz.
«Un día vas a pasar por un mundo de dolor si sigues haciendo bromas de mal gusto como esa a las chicas.»
«… Y no contaste esto como un mundo de dolor, así que la verdad no sé que pensar de ti como chica.» Una aguda mirada. «Solo bromeaba.»
Claro, los hospitales siempre venían con historias de fantasmas.
El día después de un fuerte viento, los pacientes de alguna forma crearon una historia de una desafortunada chica que murió soñando con su prometido, y se susurraron entre ellos como si fuera verdad. El día después de que las cortinas del segundo piso fueran cambiadas por unas de color blanco, nació la leyenda de un misterioso hombre con capa blanca que odiaba a los vivos, y capturó el corazón de los niños.
Es por eso que probablemente no pensaron mucho en ello.
La canción podría en realidad haber sido solo el sonido del viento entrando por las ventanas, o el maullido de un gato callejero del área, o simplemente escucharon por casualidad el tarareo de alguien que estaba de buen humor en una casa cercana. No había absolutamente nada raro.
Y aún así, las cosas que dan miedo dan miedo.
«Ohhh… Tal vez debería llevar tapones para los oídos…»
«Se supone que estés de guardia, así que deberías estar atenta al ruido.»
«¡¿Y quién crees que me puso tan nerviosa?!»
En un rincón del Gremio de Aventureros, los dos estaban sentados en una mesa, bebiendo vasos de sidra barata.
La investigación de los comas no había avanzado mucho. El número de personas sucumbiendo al coma estaba incrementando poco a poco. No había factores comunes como edad o sexo, y no encontraron ninguna pista en particular entre sus historias personales y hábitos diarios.
Aún no había información de la base de operaciones de True World. Gomag era una pequeña ciudad de solo tres mil personas, ¿dónde podrían ocultarse? O tal vez su base ni siquiera estaba aquí.
Y el primer grupo que atacó se mantuvo en silencio. El uso de artes arcanas relacionadas a la tortura estaba penado por la ley internacional, así que mientras mantuvieran la boca cerrada, no había nada que pudieran hacer.
Desde el primer ataque, todo el mundo estaba listo para la posibilidad de que ataques similares siguieran sucediendo mientras la gente siguiera entrando en coma. El hecho de que al final la precaución no sirviera de nada probablemente debería ser una buena pista de lo que se venía.
Ya no parecía muy peligroso para que lo manejaran los Aventureros… Así que no habían trabajado con el chico Quasi Brave por un tiempo. Él parecía bastante ocupado llevando a cabo su propia investigación, y el número de veces que siquiera se aparecía por el Gremio disminuía más y más.
No lo habían visto en un tiempo.
«… Hey, ¿puedo preguntarte sobre Willem?»
«Claro.»
«Él no está casado, ¿verdad?»
«Bueno, en la practica es como el administrador del orfanato, así que es como si tuviera un montón de hijos.»
Hmm. Niños, pensó Luzie mientras tomaba un trago de sidra. A ella no le gustaban mucho los niños.
«Oh, pero sí parece ser cercano a varias mujeres. Hay tantos nombres increíbles en esa lista.»
«Huh, ¿cómo quién?»
«La Regal Brave Lillia Asplay es como su co-aprendiz junior.»
Ella se atragantó. La sidra entró por su traquea.
«Y si hablamos de nombres que que Aventureros como nosotros conozcamos, está Emissa Hodwin y Kaya Kaltran, con quienes peleó varias veces en el pasado en los mismos campos de batalla.»
«¡Wow, ¿todas son personas sobre nivel 30?!»
Los Aventureros se hacían una idea general del poder de combate de otros a través de números a los que llamaban niveles. Así que aquellos cuyos niveles eran absurdamente altos naturalmente eran famosos.
«Escuché que el nivel del propio Willem estaba por encima de 30 cuando fue medido.»
«… Uf.»
Claro, eso tenía sentido.
La vez que lo vio pelear, fue, para resumir, abrumador.
«… ¿Entonces qué piensa él de esto? ¡¿Quién es la ganadora, entonces?!»
«Escuché que encontró a alguien genial hace poco y que le propuso matrimonio.»
La frente de Luzie golpeó la mesa.
«No pregunté quién era exactamente, pero sonaba como que era alguien que no conozco.»
«Huh… Mejor me rindo entonces…»
«Personalmente, no puedo recomendarte que vayas tras él. Si se corre la voz de que tienes un hombre, este Gremio se convertiría en un baño de sangre, Srta. Luzie.»
Ted se dio la vuelta.
Al mismo tiempo, había unos diez hombres escuchando su conversación, todos se apoyaron contra el respaldo de sus sillas y abrieron sus libros o tomaron otro trago o fingieron ver por la ventana.
«A mi no me importa, ya que mi corazón le pertenece a Allie, pero sabes que hay muchos interesados en ti, ¿verdad? ¿Qué pasaría si todos ellos acabaran llorando?»
¿Por qué me importaría? pensó ella.
Si no estaban tomando ninguna estrategia para acercarse a las mujeres que les interesaban, entonces era difícil decir que estaban interesados en ella. En ese punto, no era más que un anhelo. No tenían planes de tenerla en la realidad y solo soñaban con lo bueno que sería.
Así que tarde o temprano, todos iban a llorar. La única diferencia era si iba a ser en un año o ahora mismo.
«¿Entonces que quieres que haga siendo yo la que quiere llorar?»
«Dalo todo en el trabajo y olvídalo. Creo que eso sería lo mejor.»
«Trabajo…«
El reloj cucú de la pared produjo su clásico sonido.
El momento del cambio de guardia en el hospital de la ciudad se acercaba.
«… ¡Waaaaah!»
Luzie enterró su cabeza en la mesa.
«Todo estará bien. Los fantasmas no son reales.»
«¡Si algo me pasa, lo primero que voy a hacer es maldecirte…!»
«¡No pasará nada! Lo que te dije es solo un rumor. ¡Vamos, levántate y ve a trabajar!»
«¡Noooooo, odio las cosas que dan miedo; me voy a casaaaa!»